M.C.D. es una mujer que no quiere decir su nombre. Tiene miedo de sufrir de nuevo discriminación y quiere pasar desapercibida. Vive en una ciudad pequeña donde todavía hay mucha homofobia. Actualmente comparte su vida con otra mujer, su pareja y tiene una vida estable. Pero en su juventud sufrió una experiencia traumática que nunca olvidará.
Esta mujer ha aparecido recientemente en los medios de comunicación por ser la primera lesbiana que ha pedido al Estado una indemnización por los sufrimientos pasados durante la dictadura franquista en la que fue perseguida por su orientación sexual. Fue detenida con 16 años, puesta en libertad condicional y juzgada ya con 17 por ser lesbiana. Ella cuenta que “no se acuerda dónde estaba cuando la detuvieron. Vino un grupo de policías y ya está. He pasado toda mi vida intentando olvidarlo, superar la psicosis que aquello me produjo”. Tampoco sabe por qué lo hicieron. Si alguien la denunció o si su comportamiento levantó las sospechas de la policía.
M.C.D. se emociona al recordar lo duro que era ser homosexual, lesbiana o transexual durante la dictadura franquista. Como ejemplo, recuerda que, de su círculo de amigos, al menos dos personas recibieron descargas eléctricas como forma de tratar su “desviación”. Y ellos no se llevaron la peor parte. Otros tres de sus amigos, un estudiante, un profesor de instituto y un bombero, se suicidaron porque no pudieron aguantar la presión a la que los sometieron la policía y los jueces. Cuando alguien era detenido y juzgado por homosexual quedaba señalado y era considerado, una vez fuera de la cárcel, una escoria, rechazado por todos, incluido su familia. La mayoría buscaba reconstruir su vida lejos de su ciudad, buscaban una ciudad grande donde no los conocieran y buscaban casarse para evitar sospechas. M.C.D. nunca lo hizo. Hoy vive con su pareja y ha dado este paso adelante no para conseguir dinero, sino un reconocimiento del sufrimiento pasado sin haber cometido ningún delito.
La sentencia del juez la presentaba como un monstruo que o se rehabilitaba o sería necesario arruinar su vida. El juez la definía “como hija de una honrada familia que presenta una clara desviación homosexual teniendo relaciones impúdicas con otra joven a la que domina y atrae, además es una persona rebelde con sus familiares a los que desobedece y con los que se enfrenta cuando intentan corregirla y orientarla”. En una época en que la mujer estaba duramente discriminada y la mayoría de edad se alcanzaba con 21 años, esta chica menor de edad cometió varios delitos: ser lesbiana y enfrentarse con su padre y su familia, queriendo ser una mujer libre en una época en que las mujeres debía obedecer siempre a sus padres o maridos. Para el juez era un ser peligroso que había que escarmentar.
A pesar de ser tan joven, fue condenada en 1971 a 4 meses de cárcel para ser “reeducada”. En la cárcel fue obligada a trabajar en labores de costura y otras tareas que se consideraban propias de mujeres. Ella nunca se rehabilitó porque nunca pensó que había hecho nada malo pero sufrió las consecuencias psicólogicas de todo lo ocurrido. Su familia la abandonó y tuvo que buscar su vida en otro lugar. Con la llegada de la democracia fue poco a poco mejorando la vida de las lesbianas pero así y todo, M.C.D. sigue viviendo con miedo al rechazo social y a la incomprensión.
(Fuente: elaboración propia a partir de una noticia aparecida en el periódico El País)
LEE EL TEXTO Y RESPONDE A ESTAS PREGUNTAS:
1.¿Porqué fue detenida M.C.D.?
2.¿Cuál es el motivo de que tras años de silencio, M.C.D. haya salido en los periódicos hace poco tiempo?
3.¿Con qué edad fue detenida y juzgada? ¿A qué pena fue condenada?
4.¿Qué le pasó a otros amigos suyos?
5.¿A qué se dedicó en la cárcel?
6.¿Cómo se comportó su familia antes y después de ser condenada?
7.¿Sería posible que lo que ocurrió en 1971 en España pudiera producirse en la actualidad? ¿Por qué?
8.¿Qué opinas sobre la situación que vivió M.C.D.?